A medida que nos acercamos al último trimestre del año, las organizaciones deben considerar la planificación presupuestaria para 2025. No obstante, uno de los aspectos que más tiende a ser subestimado en este proceso es la previsión para la medición de impacto de proyectos, tanto en el ámbito de criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) como en la inversión social. La medición de impacto no debe verse como una actividad secundaria o aislada, sino como una parte fundamental que debe ser integrada en la planificación financiera desde el principio. En este artículo, abordaré la importancia de prever la medición de impacto en los presupuestos anuales para 2025 y ofreceré ejemplos concretos de cómo esta planificación anticipada puede conducir a una mejor toma de decisiones estratégicas, la optimización de los recursos y la creación de valor a largo plazo.

La medición de impacto: ¿Por qué debe formar parte del presupuesto?

Para el próximo año 2025, las empresas y organizaciones que buscan alinear su desempeño con criterios ESG o aquellos que están impulsando programas de inversión social, deben reconocer que medir el impacto de sus iniciativas es un proceso continuo y que sus resultados no pueden improvisarse a fin de año. Incluir en los presupuestos 2025 una asignación específica para la medición de impacto es esencial por varias razones:

  1. Generar información basada en evidencia: La medición de impacto proporciona datos claros sobre los resultados de las intervenciones y permite evaluar si las estrategias adoptadas están cumpliendo los objetivos establecidos. Esto es crítico en el entorno actual, donde los inversionistas, reguladores y otros stakeholders exigen transparencia y responsabilidad en el uso de los recursos.
  2. Adaptarse a cambios regulatorios y del mercado: Para 2025, es probable que la presión normativa sobre el cumplimiento de criterios ESG sea aún mayor. Incorporar la medición de impacto desde el principio no solo ayuda a estar en conformidad con las normativas, sino que también permite a las organizaciones adaptarse rápidamente a nuevas exigencias del mercado, como los marcos de trabajo emergentes de sostenibilidad (IFRS S1 o TCFD) que requieren una clara demostración del impacto.
  3. Optimización de recursos: Medir el impacto con antelación permite identificar áreas donde los recursos pueden ser mejor utilizados o donde las intervenciones pueden ajustarse para maximizar su efectividad. De este modo, el presupuesto anual se convierte en una herramienta estratégica que no solo financia actividades, sino que optimiza su impacto.
  4. Creación de valor a largo plazo: La medición de impacto no solo se limita a evaluar el éxito de una intervención específica, sino que también ayuda a construir una base sólida para la toma de decisiones a largo plazo. Una correcta planificación financiera que incluya la medición de impacto desde el inicio ofrece a las organizaciones una mayor capacidad para identificar riesgos y oportunidades en el horizonte.

Ejemplo 1: Medición del impacto de los criterios ESG en una empresa manufacturera

Supongamos una empresa manufacturera que ha decidido integrar un marco ESG en su estrategia operativa a partir de 2025. Entre sus objetivos principales se encuentran reducir las emisiones de carbono, mejorar las condiciones laborales de sus empleados y aumentar la diversidad en puestos de liderazgo.

  • Octubre 2024: Planificación del presupuesto para 2025

Durante la planificación presupuestaria para 2025, la empresa prevé una inversión significativa en la transición hacia fuentes de energía renovables. Sin embargo, además de asignar fondos para la infraestructura necesaria, destina una parte del presupuesto a la medición de impacto de estas intervenciones. Para lograr esto, se asignan recursos para la instalación de medidores de energía, análisis de datos, encuestas internas sobre condiciones laborales y estudios comparativos de diversidad.

  • Enero 2025: Implementación y medición continua

A lo largo del año 2025, la empresa no solo ejecuta sus planes operativos, sino que monitorea continuamente el impacto de sus intervenciones ESG. Cada trimestre se analizan los datos generados por los medidores de energía y se evalúa si las emisiones de carbono están disminuyendo conforme a lo planeado. En paralelo, las encuestas internas permiten medir el bienestar y la satisfacción de los empleados, lo que a su vez influye en ajustes en las condiciones laborales.

  • Diciembre 2025: Evaluación de resultados

Al finalizar el año, la empresa tiene una visión clara de los resultados de sus inversiones en sostenibilidad. Los datos no solo muestran una reducción de un 20% en las emisiones de carbono, sino que los niveles de satisfacción laboral han mejorado un 15% en comparación con el año anterior. Además, la diversidad en puestos de liderazgo ha aumentado en un 10%, un avance modesto pero significativo. Al haber previsto y medido estos resultados durante todo el año, la empresa puede ahora presentar estos avances a sus inversionistas y stakeholders, mejorando su reputación y posicionamiento en el mercado.

Ejemplo 2: Medición de impacto de una inversión social en una Fundación

Una fundación sin fines de lucro ha decidido aumentar su presupuesto para proyectos de inversión social en 2025, con un enfoque en mejorar la educación de jóvenes en comunidades rurales. A finales de 2024, al establecer su presupuesto anual, la fundación se asegura de incluir recursos destinados a la medición de impacto desde el inicio de sus proyectos.

  • Octubre 2024: Presupuesto para evaluación y medición

Además de asignar fondos para la capacitación de docentes y la creación de infraestructura educativa, la fundación reserva un 10% adicional para la medición de impacto. Esto incluye encuestas de línea base en las comunidades, la contratación de consultores externos que implementen herramientas de medición cualitativa y cuantitativa, y la compra de software especializado para el análisis de datos.

  • Marzo 2025: Inicio de los proyectos

Con los proyectos ya en marcha, la fundación comienza a medir de inmediato los cambios en los indicadores clave: la asistencia escolar, el rendimiento académico, y las percepciones de los padres y estudiantes sobre el impacto del programa. Los datos recolectados en esta fase inicial permiten a la fundación ajustar rápidamente ciertos aspectos de los proyectos, como el currículo y los materiales de enseñanza.

  • Finales de 2025: Resultados tangibles

Al concluir el año, la fundación tiene datos precisos sobre los efectos de su intervención. La asistencia escolar ha mejorado en un 25% y el rendimiento académico de los estudiantes muestra un incremento significativo en matemáticas y lectura. Además, la percepción de los padres respecto a la educación de sus hijos ha cambiado positivamente, indicando que el programa ha tenido un impacto tanto en los estudiantes como en sus familias. Este nivel de información es clave no solo para la rendición de cuentas ante los donantes, sino también para la planificación de futuras intervenciones.

Integrando la medición de impacto en el presupuesto del año siguiente: Consideraciones prácticas

A la hora de prever la medición de impacto en los presupuestos anuales para próximos años, las organizaciones deben tener en cuenta los siguientes pasos clave:

  1. Definir los objetivos de impacto: Antes de realizar cualquier asignación presupuestaria, es fundamental definir los objetivos de impacto específicos que se desean alcanzar. Esto implica identificar los indicadores clave de desempeño (KPIs) tanto para las áreas ESG como para las inversiones sociales.
  2. Prever el diseño del líneas base: Un presupuesto de medición de impacto debe contemplar el establecimiento de líneas de base a principios del año. Sin estos datos iniciales, será imposible medir el progreso o los cambios logrados.
  3. Asignar recursos para la recolección de datos: Las organizaciones deben asignar un porcentaje del presupuesto anual específicamente para la recolección y análisis de datos. Esto incluye la contratación de personal especializado, la adquisición de herramientas tecnológicas y la realización de encuestas y entrevistas.
  4. Monitoreo continuo: Es vital presupuestar para el monitoreo continuo del impacto durante todo el año siguiente. Esto puede incluir evaluaciones trimestrales o semestrales para garantizar que los proyectos estén avanzando conforme a los objetivos.
  5. Comunicación de resultados: Finalmente, se deben prever recursos para la comunicación de los resultados de impacto a finales del siguiente año. Las empresas y fundaciones deben tener estrategias claras para presentar estos resultados a sus stakeholders, lo que les permitirá fortalecer su reputación y justificar futuras inversiones.

Un futuro lleno de oportunidades

Prever la medición de impacto para el siguiente año desde este momento no solo optimiza la gestión financiera, sino que ofrece una oportunidad única para generar información valiosa que puede transformar las decisiones futuras. Las organizaciones que integren la medición de impacto en sus presupuestos no solo cumplirán con las expectativas de transparencia y responsabilidad, sino que estarán mejor posicionadas para identificar oportunidades de mejora y crecimiento.

A medida que avanzamos hacia el próximo, el compromiso con la medición de impacto será clave para garantizar que las inversiones, ya sea en criterios ESG o en programas sociales, generen los resultados deseados y tengan un efecto positivo en las comunidades, el medio ambiente y el mercado. Al planificar hoy para medir el impacto mañana, estamos construyendo una base sólida para tomar decisiones informadas que beneficiarán a las generaciones futuras. Con cada paso hacia una mejor medición, abrimos la puerta a un futuro lleno de posibilidades, donde la información nos permitirá maximizar el valor social, ambiental y económico de nuestras acciones. ¡El próximo puede ser el año en que las organizaciones descubran todo su potencial a través de la medición estratégica del impacto!

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Dr Roberto Carvallo Escobar

Director de Terraética