Durante décadas, las empresas han tenido la libertad de decidir si reportar o no sus prácticas de sostenibilidad, cómo hacerlo, y qué nivel de detalle incluir. Esos días han terminado. Con la publicación de las Normas Internacionales de Información Financiera de Sostenibilidad (NIIF S1 y S2) por parte del ISSB, estamos entrando en una nueva era donde la documentación ESG no es solo recomendable – es obligatoria, verificable y comparable.

Para muchas empresas, esta transición representa el cambio más significativo en sus obligaciones de reporte desde la adopción de las propias NIIF financieras. La diferencia es que ahora no se trata solo de cómo reportas tus números, sino de cómo demuestras que tu empresa es viable y resiliente en un mundo que enfrenta crisis climática y desafíos sociales sin precedentes.

Las NIIF S1 y S2, desarrolladas por el Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad (ISSB), representan el primer conjunto verdaderamente global de estándares para reportar información financiera relacionada con sostenibilidad. No son solo «otra certificación» o «un distintivo más» – son requisitos que tendrán la misma fuerza normativa que los estados financieros tradicionales.

NIIF S1 establece los requisitos generales para divulgar información sobre todos los riesgos y oportunidades relacionados con sostenibilidad que podrían afectar las perspectivas financieras de una empresa. NIIF S2 se enfoca específicamente en riesgos y oportunidades climáticos, requiriendo divulgación detallada sobre emisiones de gases de efecto invernadero, planes de transición climática y estrategias de adaptación.

Estas normas están siendo adoptadas globalmente – más de 35 jurisdicciones que representan el 60% del PIB mundial ya las han implementado o están en proceso de hacerlo. En México, aunque aún no hay adopción oficial obligatoria, las empresas que buscan financiamiento internacional, que tienen inversores globales, o que forman parte de cadenas de valor internacionales están comenzando a implementarlas voluntariamente.

He visto empresas que pensaban que podían esperar a una adopción oficial en México, solo para descubrir que sus stakeholders internacionales ya las están exigiendo. El reloj ya no solo está corriendo – para muchas empresas mexicanas, ya sonó la alarma.

En mis conversaciones con directores de sustentabilidad, CFOs y CEOs de empresas mexicanas, he identificado patrones recurrentes que revelan qué tan preparadas (o no preparadas) están las organizaciones para esta nueva realidad.

La empresa «hacemos mucho pero no documentamos nada»: Imagina una empresa manufacturera que ha invertido millones de pesos en eficiencia energética, programas de bienestar laboral y iniciativas comunitarias, pero toda su «documentación» consiste en facturas guardadas en diferentes áreas, fotos en teléfonos de empleados, y conocimiento institucional no sistematizado. Cuando llega el momento de reportar bajo NIIF S2, no pueden demostrar su progreso en reducción de emisiones porque nunca establecieron una línea base formal.

La empresa «tenemos datos pero están dispersos»: He visto organizaciones donde el área de facilities tiene datos de consumo energético, RH maneja métricas de diversidad, el área legal guarda políticas de ética, y sustentabilidad tiene algunos indicadores ambientales – todos en sistemas diferentes, con metodologías distintas, y sin un proceso de integración. El resultado: información fragmentada que no cumple con los requisitos de coherencia y comparabilidad de las NIIF.

La empresa «empezamos a medir este año»: Quizás el escenario más preocupante son las empresas que, alertadas por las nuevas regulaciones, comenzaron a implementar sistemas de medición en 2024. Recuerdo una empresa de servicios financieros que se dio cuenta de que las NIIF S1 requieren información comparativa de años anteriores. Sin líneas base históricas, enfrentan el desafío de reconstruir datos retrospectivos o admitir públicamente que no tienen visibilidad sobre su desempeño ESG histórico.

La empresa «confundimos actividad con impacto»: Muchas organizaciones tienen excelente documentación de sus actividades ESG – cuántos eventos de voluntariado organizaron, cuántas horas de capacitación impartieron, cuántos árboles plantaron – pero carecen por completo de métricas de impacto. Las NIIF S1 y S2 no preguntan qué hiciste, sino qué resultado obtuviste y cómo eso afecta tu creación de valor financiero.

La empresa «somos muy pequeños para estas regulaciones»: Un error común es pensar que las NIIF S1 y S2 solo aplican a grandes corporaciones multinacionales. Imagina una empresa mediana que suministra a una gran corporación que sí está sujeta a estas normas. De la noche a la mañana, su cliente les exige datos de emisiones Scope 3, información sobre prácticas laborales, y evidencia de políticas anticorrupción. Su supervivencia comercial depende ahora de su capacidad de documentar prácticas ESG que nunca consideraron formalmente.

Por qué la documentación se volvió crítica para la supervivencia empresarial

La documentación ESG bajo las NIIF S1 y S2 no es comparable con los reportes de sostenibilidad voluntarios del pasado. Estamos hablando de información que debe ser:

Verificable: Auditores independientes deben poder confirmar la veracidad de cada afirmación. He visto empresas que reportaron reducciones de emisiones impresionantes, solo para descubrir que no tienen la documentación metodológica que permita a un auditor verificar esos cálculos.

Comparable: Los datos deben permitir comparaciones año con año y empresa con empresa dentro del mismo sector. Esto requiere consistencia metodológica y transparencia sobre cambios en criterios de medición.

Material financieramente: No basta con reportar cualquier información ESG – debe ser información que razonablemente podría influir en las decisiones de inversión. Las NIIF S1 y S2 requieren análisis de materialidad sofisticados y conexiones claras entre factores ESG y performance financiero.

Integrada con información financiera: Las divulgaciones ESG deben presentarse junto con los estados financieros, no como un documento separado. Esto requiere coordinación entre áreas que tradicionalmente han trabajado de manera independiente.

Continua y actualizada: A diferencia de los reportes anuales de sostenibilidad, la información ESG bajo NIIF debe reflejar cambios materiales tan pronto como ocurren. Esto requiere sistemas de monitoreo continuo, no ejercicios anuales de recopilación de datos.

Las consecuencias de llegar tarde a esta transición van mucho más allá de multas regulatorias. Imagina una empresa que busca financiamiento y descubre que los bancos ahora requieren evidencia verificable de prácticas ESG para ofrecer tasas preferenciales. Sin documentación adecuada, no solo pierden acceso a financiamiento verde, sino que pagan sobreprecios en financiamiento tradicional.

He visto organizaciones perder licitaciones importantes porque no pudieron demostrar compliance con criterios ESG que los compradores ahora consideran obligatorios. En un caso particular, una empresa de construcción perdió un contrato de $50 millones de pesos porque no podía documentar sus emisiones de Scope 3, un requisito que se agregó a la licitación apenas seis meses antes.

Los riesgos reputacionales también se han intensificado. En la era de las redes sociales y el activismo de stakeholders, las discrepancias entre lo que las empresas dicen que hacen y lo que realmente pueden demostrar se vuelven virales rápidamente. Recuerdo una empresa de retail que enfrentó un boicot en redes sociales cuando no pudo proporcionar evidencia de las prácticas laborales que proclamaba en su publicidad.

Los pasos esenciales para comenzar a documentar efectivamente

Si tu empresa aún no ha comenzado a prepararse seriamente para las NIIF de sostenibilidad, cada día cuenta. Aquí están los pasos críticos que debes tomar inmediatamente:

Paso 1: crear un inventario de crisis de lo que realmente tienes

No hagas listas optimistas de lo que «deberías tener» – haz un inventario brutal de la documentación ESG que realmente existe y es verificable hoy. Asigna a alguien específico para liderar este proceso, preferiblemente alguien con mentalidad de auditor que no acepte «tenemos esa información en algún lado» como respuesta válida.

Imagina hacer el ejercicio de pretender que mañana llega un auditor externo que debe verificar cada métrica ESG que has reportado. ¿Qué información puedes proporcionar en menos de 24 horas? Esa es tu línea base real, no tus aspiraciones o buenas intenciones.

Paso 2: establecer un sistema de gobernanza ESG formal

Las NIIF S1 requieren divulgación específica sobre cómo tu junta directiva supervisa temas de sostenibilidad. Si tu junta nunca ha discutido formalmente riesgos climáticos o sociales, necesitas cambiar eso inmediatamente. He visto empresascrear comités de sostenibilidad de junta directiva en cuestión de semanas cuando se dan cuenta de que es un requisito normativo, no una opción.

Esto incluye designar roles específicos: quién es responsable de datos ambientales, quién supervisa métricas sociales, quién integra información ESG con reportes financieros. Sin líneas claras de responsabilidad, la documentación se vuelve caótica y no verificable.

Paso 3: implementar líneas base y sistemas de medición continua

No puedes gestionar lo que no mides, y no puedes reportar bajo NIIF lo que no puedes medir consistentemente. Esto significa inversión real en sistemas, herramientas y procesos – no solo buenas intenciones.

Recuerdo una empresa de logística que implementó sistemas automatizados de medición de combustible y energía que se integran directamente con su ERP. Ahora pueden generar reportes de emisiones en tiempo real, calcular su huella de carbono mensualmente, y tener datos verificables listos para auditoría en cualquier momento.

Para emisiones de gases de efecto invernadero, esto significa implementar medición de Scope 1 (directas), Scope 2 (energía comprada), y gradualmente Scope 3 (cadena de valor). Para métricas sociales, significa sistemas que capturen datos de diversidad, seguridad laboral, capacitación, y bienestar de manera continua y verificable.

Paso 4: desarrollar análisis de materialidad financiera riguroso

Las NIIF S1 se enfocan en «materialidad financiera» – temas ESG que podrían razonablemente afectar tu capacidad de generar flujos de caja, acceder a financiamiento, o mantener tu costo de capital. Esto requiere análisis sofisticados que conecten factores ESG con performance financiero.

He visto empresas del sector automotriz descubrir que su exposición a riesgos de transición energética es mucho mayor de lo que pensaban cuando hicieron análisis rigurosos de cómo cambios regulatorios podrían afectar su modelo de negocio. Ese análisis se convirtió en información material que deben divulgar bajo NIIF S2.

Paso 5: crear sistemas de documentación y archivo verificables

Cada métrica, cada política, cada iniciativa debe tener un «audit trail» – documentación que permita a un tercero independiente verificar cómo llegaste a esa información. Esto requiere procedimientos documentados, controles internos, y archivos organizados según estándares de auditoría.

Imagina una empresa de manufactura que documentó no solo sus emisiones mensuales, sino también la metodología utilizada, las fuentes de datos, los factores de emisión aplicados, y los controles de calidad implementados. Cuando llegó la auditoría, el proceso de verificación tomó días en lugar de semanas porque toda la documentación estaba organizada y accesible.

Paso 6: integrar información ESG con reportes financieros

Las NIIF de sostenibilidad no son un ejercicio separado de tus estados financieros – deben integrarse. Esto requiere coordinación estrecha entre el área de sustentabilidad, finanzas, y contabilidad. Necesitas procesos que aseguren que los datos ESG siguen los mismos estándares de precisión y verificación que tus números financieros.

He visto organizaciones crear «closing processes» para datos ESG similares a los que usan para cerrar sus estados financieros mensualmente. Esto incluye reconciliaciones, revisiones de múltiples niveles, y sign-offs formales antes de que cualquier información ESG se reporte externamente.

Aunque la implementación de NIIF S1 y S2 puede parecer una carga regulatoria adicional, recuerdo empresas que han descubierto beneficios inesperados en el proceso de preparación.

Una empresa de alimentos descubrió, al documentar su consumo energético para NIIF S2, oportunidades de eficiencia que generaron ahorros de $2.3 millones de pesos anuales. Una empresa de servicios profesionales identificó, al analizar sus métricas de diversidad para NIIF S1, patrones de rotación que les permitieron ajustar sus estrategias de retención de talento.

Imagina una organización que descubre que su proceso riguroso de documentación ESG les proporciona ventajas competitivas en licitaciones, acceso preferencial a financiamiento verde, y mayor atracción de talento joven que valora trabajar para empresas transparentes en sostenibilidad.

Las NIIF S1 y S2 no son una tendencia pasajera o una moda regulatoria – representan la evolución natural del capitalismo hacia un modelo que reconoce que la creación de valor económico no puede separarse del impacto ambiental y social.

Para las empresas mexicanas, esto significa que los próximos 12 meses serán críticos. Aunque México aún no ha adoptado oficialmente estas normas, las empresas que comiencen ahora a documentar sistemáticamente sus prácticas ESG bajo estos estándares tendrán ventajas competitivas significativas cuando llegue la adopción formal, y más importante, estarán preparadas para los requerimientos que ya están llegando de stakeholders internacionales.

La pregunta no es si estas normas llegarán oficialmente a México – la pregunta es si estarás preparado cuando tus clientes, inversionistas o socios comerciales internacionales te las exijan. Recuerdo una empresa mediana que comenzó su preparación para NIIF S1 y S2 en enero 2024. Para diciembre, no solo estaban listos para cumplir con los requisitos de sus clientes internacionales, sino que habían transformado su gestión interna de sostenibilidad, identificado nuevas oportunidades de mercado, y fortalecido sus relaciones con stakeholders.

El cambio hacia documentación ESG rigurosa y verificable no es opcional – es la nueva realidad empresarial. Las empresas que lo abracen temprano no solo cumplirán con las regulaciones, sino que construirán ventajas competitivas sostenibles en un mundo donde la transparencia y la sostenibilidad se han vuelto prerrequisitos para el éxito empresarial.

 

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Dr Roberto Carvallo Escobar

Director de Terraética