La medición de impacto es, sin duda, uno de los procesos más valiosos para organizaciones que desean evaluar de manera objetiva los resultados de sus intervenciones sociales, ambientales o económicas. Sin embargo, a lo largo de nuestra experiencia en Terraética, nos hemos enfrentado con múltiples desafíos que complican este proceso, haciéndolo costoso, extenso y, a veces, frustrante. Aunque los beneficios de una medición de impacto efectiva son innegables, su implementación adecuada está plagada de dificultades que cualquier organización o consultoría debe reconocer y enfrentar con estrategias precisas y herramientas robustas.

En este texto, abordamos las principales razones por las que es difícil realizar una medición de impacto, basándonos en nuestras propias experiencias en proyectos relacionados con criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) y medición de impacto social. Estas dificultades no solo han moldeado nuestra forma de trabajar, sino que también nos han empujado a desarrollar metodologías más adaptativas y centradas en las necesidades y capacidades de nuestros clientes.

1. El elevado costo en tiempo y recursos

Uno de los desafíos más frecuentes es el costo asociado con la medición de impacto, tanto en términos financieros como en tiempo. En Terraética, hemos visto cómo la adopción de metodologías de medición, la recopilación de datos y la actualización constante de indicadores pueden consumir una cantidad significativa de recursos. Este proceso requiere personal capacitado, sistemas adecuados para la recolección y análisis de datos, así como una planificación minuciosa que considere todas las fases de la intervención que se está evaluando.

La realidad es que muchas organizaciones, en especial aquellas de tamaño medio o pequeño, no cuentan con los recursos financieros ni el capital humano para llevar a cabo una medición de impacto de manera eficiente. Además, los indicadores deben ser actualizados y ajustados continuamente conforme la intervención avanza, lo que incrementa aún más el costo total del proceso. Para mitigar este problema, hemos desarrollado herramientas internas que automatizan parte de este proceso, pero la inversión inicial sigue siendo significativa.

2. La carencia de indicadores pertinentes y relevantes

Otro reto que hemos identificado es la falta de indicadores claros y específicos que permitan evaluar el modelo de intervención de manera efectiva. En ocasiones, las intervenciones sociales o ambientales son tan complejas que es difícil encontrar o desarrollar indicadores que realmente capturen el impacto deseado. Cuando los indicadores no son pertinentes, la evaluación puede volverse superficial o, peor aún, no proporcionar información útil para la toma de decisiones.

En Terraética, nos hemos esforzado por crear indicadores que no solo midan el impacto de manera cuantitativa, sino que también reflejen aspectos cualitativos importantes. Sin embargo, esto requiere una fase de investigación y diseño que consume tiempo y recursos adicionales. Además, los indicadores deben ser lo suficientemente flexibles para adaptarse a diferentes tipos de intervenciones y sectores, lo cual añade otra capa de complejidad al proceso.

3. La falta de vinculación entre objetivos de gestión y resultados

A menudo, las organizaciones tienen dificultades para vincular sus objetivos de gestión con los resultados financieros y las estrategias de responsabilidad social o ambiental. Este desalineamiento hace que la medición de impacto se vuelva un proceso aislado, desconectado de la estrategia global de la organización. En nuestra experiencia, hemos visto cómo algunas empresas implementan programas de responsabilidad social que, aunque bien intencionados, no están alineados con sus objetivos financieros o su misión organizacional.

Esto no solo dificulta la medición de impacto, sino que también afecta la sostenibilidad a largo plazo de los programas. Para superar este obstáculo, en Terraética hemos adoptado un enfoque integrado que busca alinear las estrategias de responsabilidad social con los objetivos corporativos y financieros. Sin esta alineación, cualquier esfuerzo de medición se vuelve vacío y sin propósito claro.

4. La ausencia de estandarización en los indicadores

Uno de los problemas más persistentes en la medición de impacto es la falta de indicadores estandarizados y homologados por entidades revisoras como fundaciones de segundo piso y organismos de gobierno. La ausencia de estándares claros dificulta la comparación de resultados entre diferentes proyectos o sectores. Cada organización parece tener su propio conjunto de métricas y metodologías, lo que crea un ecosistema fragmentado y poco coherente.

En Terraética, hemos visto cómo esta falta de estandarización puede llevar a confusión y duplicación de esfuerzos. Por ejemplo, cuando trabajamos con empresas que buscan medir su impacto social y ambiental, a menudo nos encontramos con la tarea de desarrollar nuevos indicadores desde cero, simplemente porque los existentes no se adaptan a sus necesidades específicas. Esto incrementa el tiempo y costo del proceso, además de reducir la comparabilidad de los resultados con otros proyectos o estudios similares.

5. La alta carga de trabajo operativo

Otro desafío significativo es la alta carga de trabajo operativo dentro de las organizaciones, que a menudo limita su capacidad para dirigir esfuerzos hacia la medición de impacto. En muchas ocasiones, los equipos están tan ocupados con las actividades diarias y los requerimientos operativos que no tienen el tiempo ni los recursos necesarios para llevar a cabo evaluaciones de impacto completas.

Esta situación es especialmente común en organizaciones pequeñas o medianas, donde los recursos humanos son limitados y las demandas operativas constantes. En Terraética hemos visto cómo algunas organizaciones luchan por equilibrar sus necesidades operativas con la necesidad de medir el impacto de sus intervenciones. Para enfrentar este desafío, recomendamos la implementación de procesos internos que integren la medición de impacto dentro de las operaciones diarias, evitando que se convierta en una tarea adicional que se perciba como una carga.

6. Los tiempos cortos para la entrega de resultados

Finalmente, uno de los retos más apremiantes es el corto tiempo disponible para entregar resultados. Muchas veces, las organizaciones se ven obligadas a cumplir con fechas límite impuestas por convocatorias, procesos de certificaciones o generación de informes, lo que limita su capacidad para realizar una evaluación profunda y rigurosa. El tiempo disponible suele ser insuficiente para recolectar, analizar e interpretar datos de manera efectiva, lo que compromete la calidad de la medición de impacto.

En Terraética, hemos desarrollado estrategias para mitigar este problema, incluyendo la planificación anticipada y el uso de herramientas digitales que aceleran el proceso de recopilación de datos. Sin embargo, reconocemos que este sigue siendo un desafío considerable, especialmente cuando se trabaja con múltiples partes interesadas o cuando la intervención que se está evaluando es extensa y compleja.

Conclusión

La medición de impacto es, sin duda, un proceso esencial para cualquier organización que desee evaluar el éxito de sus intervenciones y mejorar sus estrategias de responsabilidad social y ambiental. Sin embargo, es un proceso lleno de dificultades y desafíos que requieren tiempo, recursos y una planificación cuidadosa. En Terraética, hemos aprendido a navegar estos obstáculos mediante la creación de metodologías adaptativas, el uso de herramientas tecnológicas y la integración de la medición de impacto en las operaciones diarias de nuestros clientes. Aunque el camino no es fácil, los resultados obtenidos justifican el esfuerzo y nos permiten generar un valor significativo tanto para las organizaciones como para las comunidades que estas impactan.

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Dr Roberto Carvallo Escobar

Director de Terraética